Business and pleasure (Naruto x Harem)

Esta obra la estaré actualizando una vez al mes, para darme tiempo de seguir avanzando la historia y tenerles una actualización constante. Espero y les agrade.

Dangerous game 2

 Milf of the dead

Encendió el fogón de la estufa y coloco la sartén sobre el fuego. Uno por uno Uzaki Tsuki fue colocando los ingredientes sobre el aceite y con unos palillos en mano empezó a hacer la cena en su hogar. Todo calculado para la hora común de llegada de su familia.

Komuro Takashi estaba en la residencia Uzaki, estaba aquí por ayudar a la mujer en un deber que ella le pidió ayuda luego de topar con él en el camino luego de que el pelinegro saliera del colegio. La madura de altura baja al promedio de 1.70. Era una de las mujeres sentadas en la sala frente a Kiriko Miyamoto en el intento fallido de quema de brujas perpetrado por la presidenta del comité de vecinos Okabe Ruiko.

Ya arregle su computadora, Uzaki-san —dijo Komuro una vez entró en la cocina y la mujer ponía sazón a la comida en la sartén.

Oh, Komuro-kun —salió de su zona de conformismo luego de escucharlo—. Muchas gracias, lamento tener que pedirte estas cosas. 


 

No hay de que, sabe que puede pedirme lo que sea, Tsuki-san —sonrió con mucha cordialidad.

Procedió a sonrojarse la mujer al escuchar que la llamaba por su nombre, cosa que ella misma permitió por ciertas razón.

Ay, Komuro-kun no digas cosas así que pueden malinterpretarse~ —el rubor en su cara era producto de la vergonzosa sensación romántica que le producía.

Tanta vergüenza divertida que le produjo que decidió era mejor volviese a poner la concentración en la comida que estaba haciendo. Sin embargo Takashi comprendía que esas malinterpretadas sean así, camino hasta Tsuki para abrazarla. Donde su mano derecha la tomo por su busto mientras que con la mano izquierda se envolvía sobre su estomago y la pegaba a él a pesar de que ella tenía que estar concentrada cocinando.

¿Uh? Komuro-kun que haces —las manos del estudiante comenzaron a acariciarla de forma extravagante y de su pelvis, el bulto de su pene pronto se hizo notar contra el trasero de la madura de baja estatura.

Sabe que estoy dispuesta a hacer lo que sea por usted, Tsuki-san —dijo a su oído, para poner sus labios detrás de su cuello e ir besando con ardiente deseo pecador a la mujer de otro hombre.

Komuro-kun… sabes que estoy casada~ —no se preocupo por ocultar los gemidos que pronto comenzaran a salir de su boca.

Eso no le impidió a usted dar el primer paso la primera vez ¿Recuerda? —seguía teniendo sus labios en la parte posterior del cuello de la mujer, besando con más pasión. Las manos de Takashi se escabulleron bajo la blusa blanca de la madura mujer, jugando con los senos de la señora Uzaki, levantando su ropa de paso. Quedando a la vista su lencería negra por debajo de las mano del estudiante cazador que no paraban de consentir los grandes dotes de la mujer.

Tsuki se dejo complacer y sentir de buena manera las manos de Komuro. Era inevitable lo que iba a pasar, así que porque oponerse. Apago la estufa y dejo los utensilios que tenía en mano, a un lado.

Mi esposo y mis hijas llegan a las seis, así porque mejor no vamos a mi habitación~ —exclamo.

En la cama donde dormía, no tenía vergüenza alguna Tsuki en usarla para tener relaciones con su joven amante. Entrando en la alcoba entre besos sin mirar para nada el camino pasando la puerta, la señora Uzaki le quito su uniforme empezando por su camisa hasta dejar ver su juvenil cuerpo marcado. Besar su cuello como él la beso abajo en la cocina e ir bajando de esta forma mientras que sus manos desabrochaban sus pantalones y quitárselos. Bajando más y más, hasta llegar al pene erecto de Takashi, al cual no dudo ni por un segundo en introducir en su boca, chuparlo hasta el fondo de su garganta.

Tsuki-san… parece que esta emocionada —dijo Komuro sintiendo que iba llegar al orgasmo más rápido que siempre. Ella lo miró cuando hablo, pero su boca estaba ocupada devorando su hombría.

Es porque no puedo sacarme de la mente todo lo que me hiciste hacer luego la primera vez —declaro, poniéndose de pie y poniendo su mano en la mejilla de Komuro, soltando una bofetada a Komuro antes de volver tomar de su mejilla y plantar un beso—. Eres un chico muy malo, haciendo que piense más en ti como mi amante que en mi propia familia.

Me declaro culpable —fue su respuesta de Takashi.

Hace varios días atrás.

La misma mujer que ahora tenía encima Takashi había venido a él para en privado, le pidió dejarle ver en su casa por razones que se reservo hasta la hora que llego. Usando un usual conjunto estaba sentada con él en su sala.

Muchas gracias por la bebida, Komuro-kun. Perdón por venir repentinamente, pero es que necesitaba hablar contigo —en sus manos, un te le sirvió el estudiante, uno venido en un sobre de tienda.

¿Sobre que cosa? —pregunto el pelinegro por ello.

Entró en nervios la mujer, sentada en el sofá. Mejor puso el vaso que Takashi le dio en la mesita de centro. Preguntándose porque vino a verla de forma tan repentina, con un aviso previo de una hora. Notarla incomoda fue solo el comienzo, lo que vino a salir de sus labios fue algo que no se espero para nada. De pronto, la vio respirar profundo y sus pechos resaltaron por un momento, donde sus ojos se desviaron hacia ellos por un momento.

Takashi-kun —escucho llamarlo por su nombre y sus ojos se volvieron hacia sus ojos—. Se que soy tu vecina pero dime. ¿Tu…. Me deseas?

Para nada vio venir esta confrontación.

¡¿Que?! —ahora le tocaba a él entrar en pánico.

Eres un chico muy amable y servicial, has hecho muchas cosas por mi cuando te lo pido. Aunque puedo pedírselo a mi esposo a mis hijas pero ellos siempre están fuera de casa por el trabajo o la universidad —desvía el tema ella misma, pero lo noto ella misma—. A lo que quiero decir, es… que tu, terminas mirando mis pechos.

Estático, no supo que respuesta dar. No al ver la expresión conflictuada de la mujer.

Pues vera… pienso que Tsuki-san es una mujer muy hermosa.

La vio sobre saltarse por un momento. Con el ceño fruncido y aun siendo comida por los nervios, vino a levantarse para quedar delante de Komuro. Parecía decidida ¿ante que? Solo tuvo un presentimiento acertado, la vio llevar sus manos hacia el borde de su blusa y la otra ponerla por encima de su falda. Levantando su ropa dejando ver su ombligo, como dejando ver su escote en la parte interior.

Takashi-kun, quiero me tomes.

Lo que aconteció esa tarde en la residencia Komuro, sería lo mismo que pasaba en la residencia Uzaki. Con la madura teniendo sus manos y sus rodillas sobre la cama mientras su gigolo saboreaba su fruta prohibida.

La vagina Tsuki-san es muy sabrosa —exclamo, para introducir su lengua mas allá de los labios que estuvo acariciando. Vino a abrazarla de sus piernas para jugar más su trasero para tener mas apretado su rostro aquí.

No digas esas cosas… harás que me enamoré de ti~ —decía aguantando las ganas de reír, dado la agradable sensación placentera que él la hacia vivir.

Pero luego de solo unos minutos, Takashi vino a detenerse. Dejo de acariciarle la vagina con su lengua, para acercarse al rostro de la mujer puesta sobre la cama, sin dejar olvidado su coño sus dedos le acariciaban con insistencia.

¿Eso sería malo?~ —quería establecer el romance impropio con Tsuki de una buena vez—. Puedo darle todo el amor que el obtuso de su marido no le da, Tsuki-san. Después de todo, yo estoy dispuesto a ir con todo con usted.

Con su boca detrás de su oído, mordisqueo su lóbulo antes de lamer su oreja, momento en el que sus manos se deslizaron hacia los pechos desnudos de la mujer para apretarlos y jugar con ellos mientras su polla se acercaba lentamente hacia su vagina

¿Con todo? —sus técnicas seductoras en la cama eran efectivas con toda mujer madura con la que se metía.

Si —no le presto atención, pero la punta del pene de Takashi estaba besando su vagina, no lo sintió hasta que su joven amante optó por—. ¡Voy con todo con usted!

Humedeció lo suficiente su vagina para poder insertar su hombría hasta lo mas profundo de su interior, donde la punta de su aparato golpeo las puertas de su fabrica de bebes.

¡Mmmmm! —gimió en la mezcla de sensaciones de placer y dolor.

Solo unos segundos le dio para asimilar su enorme tamaño, antes de empezar a moverse dentro de ella. Desde el primer empujón su voz se sincero y no trato de contenerla. Sosteniéndose de sus pechos, no paro de empujar su hombría gozando de su apretada vagina.

Eres un bastardo… —decía la madura, con su rostro mirando la sabana de la cama. Tan dura era la sensación que apenas si podía mantener su mente—… haciendo que una mujer disfrute del sexo con un hombre que no es su esposo.

Recobró por un momento el control sobre su cuerpo y levanto su mano derecha para llevarla a la mejilla de Komuro. Lo que lo hizo detenerse, un breve momento.

¿Uh?

Mas vale que te hagas responsable, querido.~

Poco más tarde paso que Takashi paso a estar debajo de Tsuki en la cama, con ella montando su viril miembro y la espalda dándole, se movía con gran pasión.

¡Tsuki-san! —la insaciable mujer le quitaba el aliento, los sentones que la daba la peligris mujer de cuarenta y tres años,

Sueltalo todo Takashi-kun~ —quería su relleno de navidad.

¡¡Tsuki-san!! —no resistió más y le dio a la mujer lo que tanto pedía. Una fuerte liberación juvenil suya hasta lo mas profundo, caliente y embriagante era lo que recibió la mujer de la familia Uzaki.

Takashi mismo decía que el entusiasmo que ponía esta mujer, era superior a la de cualquiera de las otras mujeres con las que jugaba al amante. Por fin una mujer a la altura de su constante temperatura. No espero mucho luego de sentirlo venirse y Tsuki levanto su trasero donde dejo ver su vagina abierta, el disparo potente de su joven amante era visible, tanto que dejaba verse como se escurría de su vagina.

Una risa traviesa de Tsuki y vino a poner de nuevo la polla de Komuro en su boca, mas que solo limpiarla se la estaba saboreando.

¿Cariño estás en casa? —una voz masculina, profunda. Se escucho desde mas allá de la puerta de la habitación, las alarmas se dispararon para los dos al reconocer quien era que hablo.

¡¿Fujio-san?! —grito con mucha alarma, Tsuki. Era su esposo quien al parecer había vuelto antes de lo previsto—. Oh no, Komuro-kun debes irte.

¿Irme, pero por donde? —primera vez en todo los juegos que tenía, que Takashi corría peligro de verdad.

Su madura de pequeña altura le señalo la ventana de su habitación y le entrego su ropa. Estaban en el segundo piso, lo que a Takashi no le pareció una buena idea, en lo que él lo pensaba Tsuki se vistió sin importarle que su coño aun estaba impregnado por fuera por la leche varonil del joven.

Rápido, Komuro-kun. Antes de que mi esposo suba —le dijo, hablando en bajo tono pero con alta preocupación, terminando de ponerse la falda. Se había puesto la blusa pero sin colocarse sostén aunque por fortuna bajo esa misma falda si se había puesto las bragas que antes arrojó cuando entró con su gigolo en la habitación.

Rápido actuaron y se vistieron. A nada de que el esposo de la mujer girara el picaporte de la alcoba, el amante de su esposa saltó por la ventana ante la vista de nadie.

¿Cariño, estás aquí? —pregunto al abrir la puerta y vino a encontrar a su mujer recostada sobre la cama, donde Tsuki fingía levantarse de ella de lo que pudo haber sido un sueño—. ¿Estás bien? —estaba dormida sobre la sabana de la cama y con su ropa de diario puestas bien.

Oh, hola querido. Volviste antes del trabajo —logró esconder bien sus nervios—. Perdón es que me sentía cansada y solo me eche a dormir en la cama.

La ventana esta abierta —notó el hombre, sin dudar de las palabras de su esposa.

Es que había calor, mejor la cierro.

Y al acercarse a la ventana, Tsuki miro hacia abajo de su jardín, donde Takashi aun estaba. Con el movimiento de sus labios le dijo que se marchará antes de que su esposo lo viera, a lo que él solamente se despediría con un beso sobre su mano para mandarlo a Tsuki, solo así por esta ocasión.

¿Esta todo bien?

Si, solo apreció la vista —respondió la madura, donde fue que Takashi corrió fuera de la residencia Uzaki.

Caminaba tranquilamente por la calle Takashi, llevando ropa ligera para el clima del verano, pero para ser un día de mediados de año, la mañana se sentía tan fresca. Solo era cuestión de horas para que el día comenzara a hacerse más caliente, pero Takashi ya era lo suficientemente caliente para hacer sudar a las mujeres maduras que lo conocían bien.

No estaba prestando atención a lo que tenia enfrente, hasta que la voz de cierta mujer (de tantas que conoce), le hablo y le hizo levantar la mirada.

Parece que mi suerte comenzó bien esta mañana —dijo cierta mujer de cabello rubio claro, de estilo corto y puntiagudo. Usando una holgada blusa blanca de tirantes delgados. Encima de ella una un delgado saco corto color morado. Brazos desnudos y piernas visibles de las rodillas para abajo llevando la madura una falda negra ajustada a su medida.

¿Mtsuki Bakugou-san? —por un momento y no reconocía a la mujer, Takashi.

De solo ver su pecho podía identificarlas antes de siquiera levantar sus ojos y mirar sus rostros.

La misma, querido —la mujer le recibió con una sonrisa de dientes a Komuro, teniendo su mano derecha en su hombro mientras tenía inclinada un lado de sus caderas para hacer mas llamativo su trasero. Con esa misma sonrisa, se acerco a Takashi y lo tomo de su brazo. Aprovechando que nadie había tan temprano en el parque ese día—. Tengo una idea, muy traviesa.~ 


 

Mitsuki Bakugou, mujer de familia con un hijo de la misma edad de Takashi y un esposo amoroso. Mujer afortunada, emprendedora. Con un gimnasio exclusivo para mujeres en el centro comercial de Tokonosu, donde cierto joven gigolo era invitado para sesiones especiales. Pero eso es historia aparte. Ella misma ha probado los talentos propios de Takashi.

La noche anterior, su esposo le daba una noche de atención jugando a no despertar a su hijo con los ruidos que producían en la cama. Todo parecía ir bien, al menos eso pensaba el señor Bakugou al final, cayó desfallecido el hombre sobre el pecho de Mitsuki, sin mirar; tan agotado termino que el sueño lo estaba abrazando más que su esposa.

Mitsuki… —dijo su nombre intento rechazar el sueño, pero sus ojos ya lo estaban aceptando en medio del oscuro de la habitación, pero antes de dormirse, le pregunto a su mujer—… ¿te gusto?

Hoo… querido, estuviste maravilloso —escucho su respuesta, le vendió un billete de cuatro dólares diciendo que era real.

De haber rechazado el sueño, Masaru Bakugou tal vez y solo, tal vez; hubiese notado la mentira en el rostro insatisfecho de su mujer. Decepcionada, era lo que decía Mitsuki de su esposo. Desnudos yacían sobre la cama y la sabana de su matrimonio, donde alguna vez su esposo la hizo sentir de manera sin igual… ni cosquillas le hacia sentir ahora y todo culpa de cierto joven atrevido que le gusta jugar con fuego y agua.

Disgustada mas que solo decepcionada no hizo Mitsuki que contar el silencio del resto de la noche. Todo a causa de cierto joven de la misma edad de su hijo, quien le mostró un mundo distinto al que conocía del placer.

Maldito Takashi-kun, ahora mi cuerpo no puede ser satisfecho por mi esposo, si no cogieras como bestia en celo —pensaba la rubia de corto estilo, donde la cantidad liberada por su esposo fue poca y su actividad muy corta, su vagina empezó a desear a su amante a pesar de su esposo.

Mitsuki había salido de su casa durante la tarde para despejar su mente y tratar de olvidar lo insatisfecha que la dejo su esposo. Fue allí que vio al responsable de que su cuerpo ya no encontrará satisfacción sexual con su esposo en su matrimonio, hasta que tuvo la suerte de encontrarse a su joven gigolo justo cuando se dirigía de compras. Mando al diablo la lista de compras para la cena de su familia para buscar su propia satisfacción, ella estaba cachonda desde la noche anterior y Takashi fue botado justo cuando ya estaba poniéndose su polla mucho más animada que al comienzo.

Encontrarse, fue lo mejor que pudo pasar para los dos en ese momento.

En un parque publico, entraron al baño de mujeres los dos luego de cerrar el acceso simplemente con el letrero de mantenimiento. Un simple letrero como este en la entrada de la sección del baño de mujeres era suficiente para hacer que ellos dos estuvieran a solas por una hora.

Adentro, como si fuera habitación temática de hotel del amor yacían la madura mujer y su joven amante desnudos en medio de todo el baño, donde Mitsuki estaba inclinada con las manos en el piso del baño mientras aun seguía de pie, aunque semi flexionadas tenía las piernas. Sus grandes pechos colgaban hacia abajo cuando apuntaban hacia su rostro, las puntas abiertas de su cabello cubrían sus ojos donde solo podía verse su sonrisa traviesa ahora que por fin, la polla del único joven hombre la podía hacer sentir mujer de forma sin igual.

¡Mitsuki-san! —grito Takashi, con sus manos tomando a la mujer por la cintura, empujando su aparato con toda violencia pasional permitida en una aventura extra marital—. ¡Mitsuki-san, su vagina esta apretando muy firme mi polla, parece que estabas esperando esto!

¿Yo?… —diría la madura rubio claro—… Tu polla esta muy animada desde el primer segundo, querido.~ Pareciera que te botaron de la cama en la mejor parte.

Habiéndose detenido un segundo, para mirarse mutuamente. La traviesa mirada juzgadora de Mitsuki, le pareció muy agradable a su amante. También le sonrió a su madura, del momento.

Pareciera que tu esposo te dejo insatisfecha anoche —¿Que come, que adivina? Takashi desarrollo el talento peculiar de entender a las maduras que tanto se devoraba.

Intercambiaron sonrisas traviesas cuando sus ojos se cruzaron. Llevo a Mitsuki contra el lavaba manos de cuatro tarjas habían. Con sus brazos rectos y sus manos sosteniéndose en el borde del lavaba manos, la rubia de cuerpo maduro estaba gozando cada empujo que Komuro hacia y el sentir como su distinguido aparato masculino llegaba hasta lo más profundo de su vagina, la hacia mojar como su marido pensó que la hizo mojar.

¡Eso sigue así… no pares! —gritaba en un éxtasis eufórico, la señora Bakugou—. Esto es justo lo que hacia falta, una buena polla… la tuya, Takashi-kun.

Su joven amante se agarraba de ella por la cintura, su pelvis se dejaba llevar por la locura del placer, azotando su cuerpo contra el carnoso trasero de la mujer de ojos como rubís hechos de sangre, un color inusual, lo cual le daba mas valor a su belleza.

Mitsuki-san… aquí voy, voy a soltar todo dentro de usted —declaro Takashi, apretando los ojos mientras dejaba todo en manos de su hombría que controlaba la voluntad de su cuerpo, la voluntad de llegar al clímax del momento.

¡Esta bien, hazlo querido! —gritaba sin preocupaciones, tal vez alguna otra mujer se acerco para usar el baño publico que usaban como habitación de hotel del amor y los vio.

¡Aarrgghh! —grito como hombre, Takashi. Disparando una poderosa descarga de su semen en el interior de la señora Bakugou. Sin embargo, como Tsuki Uzaki lo había echado de su cama cuando estaba llegando al mejor momento con ella, su pequeño amigo estaba enojado y acumulo su bilis blanca para quien fuera la siguiente mujer que se cogiera su amo.

Al no aguantar más la necesidad de ir al baño. Una mujer a mitad de sus treinta años que residía en el mismo barrio se acerco a los sanitarios del parque publico, pero donde solo podía leer que el baño estaba en fuera de servicio. La atrevida voz de Mitsuki Bakugou pudo ser más clara como el agua, igual de clara que el sonido de aplausos producto pudo ser escuchado por esta mujer de treinta y cuatro años que vivía en el barrio.

Acechando, miró con impacto a Mitsuki subida sobre el lavaba manos, ahora habiendo escalado hasta quedar de rodillas y con gran esfuerzo de de Takashi, frotaba su polla hasta lo más profundo. Pero al quedar muy alto para él. Komuro vino a tomar a la señora Bakugou de por debajo de sus muslos para sostenerla él por completo y lejos del lavaba manos. Mientras ella seguía divirtiéndose poniendo los cuernos a su esposo.

Esta si es una polla de verdad, a pesar de recién haberte corrido sigues duro y con energía~ —dijo la rubia estando en las fuertes manos de su amante, recibiendo su insaciable polla que se deslizaba hasta lo más hondo de su vagina—. Eres un hombre mucho mejor que el tonto de mi marido.

¿En serio? —exclamo Komuro a pesar de poner cierto esfuerzo por sostenerla mientras su pequeño gran amigo desvía toda su fuerza en su trabajo imparable—. No quiere decirle algo, Mitsuki-san.~

Se volvía demente la mujer recibiendo tantos roces en su llena vagina. Con su brazo izquierdo sosteniéndose de su amante, pasando por detrás de sus hombros y él otro detrás de su propia cabeza, Mitsuki se volvió loca del placer. De su coño se vía como comenzaba a chorrear sus jugos lascivos al tocar por fin el orgasmo que su esposo no la hizo consagrar la noche anterior. Con la boca de Komuro mordiendo sus pecho derecho mientras la sostenía de su pierna derecha pero con la otra mano puesta en el pecho izquierdo de la mujer.

¡Jodete Masaru! —insultaba a su propio esposo—. ¡Jodete tu y tu pequeño pene… solo la polla de Takashi-kun puede satisfacerme como una verdadera mujer!

Aquella mujer que los miraba acechando ella sola en la entrada del baño, estaba con la boca abierta impresionada de lo que veía, así mismo ella estaba empezando a ponerse caliente, sin notar que su propia mano se deslizo por debajo de su falda y se tocaba su zona intima sin poder quitar un ojo del espectaculo sucio que miraba.

¡Mitsuki-san, es mi mujer ahora, señor Bakugou! —grito Takashi, justo cuando llegaba al máximo él también por segundo vez—. ¡Voy a venirme otra vez, Mitsuki-san!

Lo estaba disfrutando tanto que no le importaba, estaba a nada de alcanzar la satisfacción sexual que su marido la dejo deseando.

¿Como es posible? Es solo un estudiante de preparatoria… como es posible que haga gritar a una señora de forma tan sucia —se preguntaba en su mente, aquella misteriosa mujer que los miraba con tanta envidia. No había notado el descomunal miembro masculino del joven.

¡Dámelo dentro, querido… impregna con todo tu semen la vagina de esta mala esposa y hazme tu mujer! —grito sin arrepentimiento.

Su expresión de locura y placer de Mitsuki, podía verlo Komuro en el espejo sobre el lavaba manos. Así como su pecho se sobresaltaba con su profunda respiración que hacia luego de levantar la quijada y su rostro, hacia el techo ahogando el gemido potente que soltaba su voz, sintiendo de gran manera como el semen fluía por su interior. Al bajar su mirada, fue donde Takashi vio su indecente expresión.

Ayudo a Mitsuki a poner los pies en sobre la fria loza del baño, agotada, se dejo caer sobre el suelo, recostándose sin importarle lo frió del piso para poder recuperar la respiración. La satisfacción se reflejaba en su rostro y Takashi aun la tenía dura, pero de la punta de su aparato, Mitsuki podía ver como goteaba rastros de su esperma. S

Sin dejar que se desperdicie, le levanto usando primero sus codos, donde su traviesa sonrisa él pudo ver en ella, ante él se puso de rodillas y abrió su boca para atrapar el grueso pedazo de carne de Komuro donde sus labios como su lengua lo limpiaron con toda entrega. Una vez lo dejo limpio. Volvió la energía a Mitsuki.

Ara~ así que sigues con mucha energía —exclamo con mucho asombro, mirando como palpitaba la polla de su amante—. Bien, aun me queda una hora antes de necesitar ir a mi casa a hacer la cena.

¿Quiere jugar un poco más? —pregunto Takashi.

Ella camino hacia uno de los cubiculos del baño y entró, pero no se sentó. Sobre la taza del inodoro vino a poner las manos, para levantar el culo, con suaves movimientos. Vino a hacer una invitación a Takashi.

Ven y rompe mi culo, querido~ —llevo una de sus manos a su agujero reservado—. Ven y rompe mi culo con esa fantástica polla tuya.

Ruiko, la presidenta del comité del vecindario no podía creer la historia que escuchaba. Vergüenza sin vergüenza tras otra. Como era posible que un simple estudiante de preparatoria haya corrompido a tantas esposas sin remordimiento o mejor aun, sin preocuparle los riesgos. La realidad, es que esta antología aun no acaba.

1 comentario:

  1. Excelente capítulo. Espero con ganas saber lo más pronto posible sobre las próximas actualizaciones de esta excitante historia.

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